jueves, 6 de enero de 2011

La capitanía


Rondaba este post por mi mente desde hace bastante, pero no acababa de salir. El detonante fue, cómo no, la humillante derrota del Camp Nou, o mejor dicho, varias imágenes que se vieron en diversos informativos el día anterior.

Hacemos memoria, que ya ha pasado tiempo. Me refiero al buenrollismo, a los abrazos con los rivales en el túnel de vestuario, a los guiños cómplices con el árbitro de turno y posteriores palmaditas en la espalda. Al 'jajaja' y al 'jijiji' previo al partido, a esa aparente falta de tensión, que luego en los partidos gordos provoca lo que provoca. Es decir, no saber jugarlos, no saber reaccionar y, en definitiva, cagarla.

Los capitanes del equipo son Casillas y Ramos. Iker tenía todas las papeletas para desempeñar ese cargo: canterano, ídolo indiscutible, veterano de la plantilla... pero luego le ponen micrófonos delante se mete casi siempre donde no le llaman o mete la pata, hasta el punto que tiene que enmendarle la plana Di Stefano, un señor de más de 80 años que muestra más lucidez y saber estar que el bueno de Iker. Lo malo es que la alternativa es peor, Sergio Ramos no es que sea corto como él solo (que lo es), sino que aún por encima es indisciplinado y hace cosas tan dignas como filtrar ofertas falsas a la prensa para forzar una revisión de contrato. No sólo no debería ser capitán, sino que no debería formar parte de la plantilla. Pero eso es otra historia...

Es un problema añejo este, de todos modos. Raúl en sus tiempos tampoco ejerció de líder del equipo, tal vez por su carácter introvertido. Y remontándose en el tiempo, desde Fernando Hierro (con sus virtudes y sus defectos), no tenemos en plantilla ese tipo de jugador que es tan necesario. Y anda que no lo echamos de menos.

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