Pasa lo mismo cada cierto tiempo desde que España sorprendió a todos y ganó la Euro 2008. Llegaba otro seleccionador, con pasado merengue y ya se alzaban voces indignadas que anticipaban el regreso de Raúl, de Guti y de todo ser humano con pasado merengue. Se iban a cargar la selección, iban a enterrar nuestro sueño de ganar un Mundial.
No fue así, Del Bosque partió de la base que había dejado y la evolucionó como creyó conveniente. Probó a jugar con extremos puros. Oh, sacrilegio, queremos jugones, no simples extremos!!! Jugó el mundial con doble pivote. Oh, otro sacrilegio, eso es de equipos pequeños!!! Y, curiosamente, España ganó el torneo. Mecachis.
Ahora se cierne un nuevo peligro. Dejamos atrás a Raúl y Del Bosque y nos centramos en Mourinho, actual entrenador madridista. Qué casualidad. Porque resulta que todo el 'espectáculo' de los últimos clásicos, todas las patadas, el teatro, las tanganas y las declaraciones fuera de lugar... todas son culpa de uno de los bandos. O mejor dicho, ya en el colmo de la simpleza intelectual, de una única persona.
Así que nada, tercera opción: Mourinho se quiere cargar a la selección. Tenemos un año entero para seguir alimentando la chorrada de turno. Pasado ese tiempo, o España hace historia y suma su tercer torneo seguido o al menos ya tendremos alguien a quien echarle las culpas. Con dos cojones... y medio cerebro.
