lunes, 26 de julio de 2010

Raúl

Qué decir? Siguiendo el tópico las palabras se van a quedar siempre cortas para rendirle un modesto homenaje a un grande, pero hay que intentarlo.

Como, aprovechando su despedida, se está escribiendo y se escribirá de todo sobre él, vamos a intentar no repetirnos. Todos sabemos más o menos la historia, esos 16 años que arrancan y terminan en Zaragoza. Muchos títulos, muchísimos goles, su sello marcado en los grandes campos europeos, cientos de detalles...

Al fin y al cabo, es lo que nos queda. De su palmarés y sus números puede darnos información la wikipedia, por si andamos escasos de memoria. Pero todos conservamos nuestros highlights particulares de una carrera que vimos nacer, llegar a la cumbre enseguida, mantenerse y finalmente apagarse.

Yo particularmente recuerdo uno de los goles que falla en su debut, tras driblar a Cedrún y echar el balón alto. O ese golazo imposible al primer toque y con el exterior en el Molinón. Recuerdo también que uno de los primeros balones que tocó en su primera final de Champions lo convirtió en un túnel a Vierchowood. O sus duelos contra el Bayern, yéndose a por Effenberg o Salihamidzic, mordiendo, luchando, intimidando, GANANDO. O que en aquel Mundial de Korea Camacho, como siempre, metió la pata y nos privó de tener a nuestro jugador más determinante contra los anfitriones... Todavía sonrío al pensar que intentaba imitar, con escaso éxito, esos famosos goles de cuchara. Incluso no me olvido cómo falté a clase para verlo alcanzar el cielo en la Intercontinental con aquella genialidad inolvidable.

Raúl... le faltó inteligencia emocional. O le sobró timidez, quién sabe. Nunca se le dio bien hablar fuera del campo. No era su guerra. No protestó cuando no le dieron un Balón de Oro merecidísimo. No levantó la voz cuando lo excluyeron de la selección, a pesar de la polémica que acompañó esos días. Y siempre fue respetuoso con las críticas, cuando algunas eran de un mal gusto notable. Quién sabe si debió haber dado un puñetazo en la mesa. Pero entonces no sería Raúl.

Hoy se ha despedido del Madrid. Lo hemos visto apenas reprimiendo las lágrimas y hemos sentido cómo se iba también una parte de nosotros. El año que viene Raúl no jugará en el Madrid. Seguramente lo haga en el Schalke 04. Y muchos de nosotros seguiremos con cariño las andanzas de esos alemanes y cantaremos, como siempre, los goles de nuestro capitán.

Hasta pronto.

lunes, 12 de julio de 2010

Cuando cambió el destino

Querido ciudadano del 2050.

Recuerdo aquel Mundial del 90 entre imágenes de correteos infantiles. Antes hubo muchos, pero creo que es el primero del que tengo algún recuerdo a pesar de que mis primeras tardes delante de la televisión se entremezclan con jugadones de la Quinta del Buitre en su pleno esplendor. Recuerdo como me llamó mi abuelo cuando nos eliminó Yugoslavia en aquella prórroga o el hat-trick de Michel a Corea. Recuerdo aquel cabreo sentido con el codazo de Tassotti a Luis Enrique y cómo me ponía en pie ante el fallo de Salinas. Recuerdo como en el 98 íbamos a por todo y nos volvimos sin nada despues de que Nigeria nos pusiese aquella zancadilla. Recuerdo que se nos daban mal los inicios de los Mundiales y que pensábamos que nuestra suerte había cambiado cuando en el 2002 hicimos una fase de grupos impecable. Llegábamos a cuartos convendidos de pasar, con Raúl lesionado y con un árbitro que nos dejó en el camino con cara de tontos. Recuerdo a Zidane volviéndonos a mandar a casa para cuartos en Alemania.... recuerdo que el Mundial era una copa que sólo levantaban los de siempre y que se iban turnando periódicamente en función de hacia qué bando cayera la suerte: Alemania, Italia, Francia, Brasil, Alemania, Italia, Francia, Brasil, Argentina....

Ya no son recuerdos. El destino no siempre está abocado a repetirse. Ahora el rumbo es otro y la obra de teatro ha cambiado. Esta vez la suerte ha decidido jugar en nuestro lado. Ese pequeño empujón, ese ligero cara o cruz... que a veces decide la historia se puso de color rojo. El zambombazo de Iniesta fue dentro y esta vez el país lloró de alegría. El resto del cuento ya lo sabéis, y tú y las futuras generaciones lo veréis por la tele, o en libros o documentales... Nunca más tendrás miedo y llegarás al minuto 90 de una eliminatoria de cuartos empatada, con la cabeza alta y la convicción de que la selección puede hacerlo. No es tu culpa, pero sabes de sobra que esto que te estoy contando no lo asimilarás bien porque has nacido con este éxito ya cumplido y para tí nunca será un sueño.

En Julio de 2010... yo ví a España ganar su primer Mundial, y todos nos volvimos locos.