Los campos de fútbol son un lugar donde rigen unas normas distintas y casi nunca pasa nada. Bengalas, violencia, grupos fascistas muchas veces amparados por los clubes, cánticos de un mal gusto brutal... y como decimos, casi nunca pasa nada.
La excepción es cuando a alguien se le ocurre hacer 'uh uh uh', que entonces se paran partidos, se monta un cirio espectacular, hay 'debate' durante semanas y todo el mundo se conciencia de lo malo que es el racismo. Las demás agresiones, físicas o verbales, parece que no molestan tanto, o incluso hacen gracia. El propio Mourinho dio con la clave, dijo que los grutos contra él eran un síntoma de falta de educación y que si lo dijera su hijo, no volvería a pisar un campo.
Ayer se volvieron a repetir los cánticos mientras el propio entrenador portuguués hacía gestos de 'más alto, que no se escucha'. Y muchos tendrán el valor de decir que estaba provocando. Al fin y al cabo, la liga española es eso, una competición que juegan 20 equipos y en los que todos quieren su minuto de gloria rajando de Mou.
La lista de bobos es cada vez más grande: Preciado, Luis García (entrenador del Levante), Emery, Pandiani, etc etc... todos han abierto su bocaza para soltar mierda sobre el entrenador blanco. Ahora le toca a la afición del Atleti, en masa. Todos tienen sus 15 minutos de 'gloria', es cierto, pero igualmente todos ellos podían usar esos 15 minutos para trabajar por sus equipos, que sus temporadas están más llenas de sombras que de luces.
Así que nada, que sigan ladrando, que aunque no se haya demostrado que es rentable, al menos nadie puede negar lo cómodo que es.
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