Vicente del Bosque, cuando realmente apalabró con la federación su llegada a la selección, no se imaginaba una cosa: que seríamos campeones. Esa tanda de penalties ante Italia fue el punto de inflexión en la historia reciente de nuestro fútbol.
Sí, se ganó y empezó la literatura. De repente todos lo había visto, todos explicaban lo infalible que es el sistema. Sí, todos los que hubieran dicho lo contrario si Buffon hubiera parado más penalties que Casillas en esa tanda.
Se fue Aragonés, a lucir mala educación a Turquía y llegó Del Bosque. Blanco perfecto, nunca mejor dicho. Tras la cansina campaña pro y anti Raúl previa a la Euro, todos veían en el nuevo seleccionador al artífice del regreso del 7 blanco. Afilaban muchos las garras dispuestos a zurrarle.
No lo ha llamado todavía, como todos sabemos. El mal momento de Raúl en este inicio de temporada y la coherencia de Del Bosque no han propiciado la convocatoria del máximo goleador de la historia de la selección.
Pero qué pasará si Raúl se entona y vuelve a meter goles? Ahí está la clave. En mi opinión, hay dos razones por las que no debería convocarlo igualmente:
La primera, la más objetiva, es que Raúl llegaría al Mundial con 33 años. Ojo, habiendo debutado a los 17, jugando un montón de partidos por año, y con el esfuerzo físico del que siempre hace gala. Sobran razones para afirmar que en 2010 estará en su ocaso, quizá muy próximo a la retirada.
Hay otra razón más subjetiva, pero que Vicente debería tener en cuenta. Hay mucho resentido que se alegró de la victoria de España en la Euro sobre todo por la baja de Raúl. Se han dicho tonterías a patadas, incluso se ha dado por hecho que un Raúl suplente desestabilizaría el equipo.
Los mediocres que han ideado estas historietas y sus muchos seguidores saben lo difícil que es ganar el Mundial. Al fin y al cabo, ni Grecia ni Dinamarca han ganado la máxima competición. Y sería muy triste que en este país, en el que tanto se habla de fútbol pero tan poco se entiende (como de tantos temas), los talibanes usaran a Raúl como excusa por no llevarnos el título.
Por eso, Vicente, no deberías llamarlo jamás. Los palos te van a llover igual, pero al menos puedes evitar que Raúl sea el culpable oficial de un posible fracaso mundialista. Que la gloria o el fracaso les corresponda a los que jueguen, no a un suplente...
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