Con Anfield en el horizonte

Empieza un poco ilusionante 2009, en teoría. Las pocas esperanzas que podía tener el equipo han caído en saco roto cuando se ha filtrado el error, el tremendo error: sólo podremos inscribir en Champions a uno de los dos fichajes que hemos hecho en diciembre.

Aparte del tema de las responsabilidades de una metedura de pata de tal calibre, que deberán ser asumidas, ahora toca tirar con lo que hay. Primera y fundamental duda: inscribimos a Lass o a Huntelaar? Pues deberíamos elegir al francés. A continuación los motivos.

El primero es claro, sólo tenemos un mediocentro de garantías nato, Gago, mientras que en ataque, estando igualmente bastante justos de efectivos, hay más combinaciones posibles. Dicho de otro modo, si Gago es baja, nuestro pivote sería Javi García, un jugador que todos asumimos que no está para estas batallas. Ir a Anfield con Javi García + Sneijder sería temerario.

En punta tenemos más combinaciones posibles, aunque estamos también bastante justos de efectivos. Asumiendo una pareja titular formada por Raúl e Higuaín, tenemos a VDV o Saviola como recambios más o menos efectivos, sobre todo el holandés, si empieza a entonarse.

Otro punto a tener en cuenta es que el principal activo del Liverpool es su medio campo. Lo más probable es que juegue con Xabi Alonso, Mascherano y Gerrard, acompañando a Riera, Kuyt y Torres. Los reds son una apisonadora en la zona ancha, y Juande lo sabe. Es más que probable que, dependiendo del resultado del partido de ida, el Madrid juegue con 3 centrocampistas natos y 1 sólo punta. Es decir, Gago y Lass en el doble pivote y Sneijder algo más suelto, de media punta. Para entendernos, lo que hacía el mister en el Sevilla cuando colocaba a Renato por detrás de Kanouté.

Queda mucho aún, sí, pero esa es nuestra final. Es el partido en el que Casillas debe mostrar el nivel de los últimos 3 partidos, y no el de los anteriores meses. Es el partido en el que Pepe debe doctorarse a nivel europeo, contra un delantero que ha crecido mucho más de lo que cualquiera hubiera imaginado.

Y si los eliminamos, a ver quién es el guapo que nos echa.