"El Barcelona es el mejor equipo de la historia, muy por encima del Madrid y la afición no se quiere dar cuenta"
"Los madridistas piensan que se le puede ganar, pero este año era imposible. No quieren admitirlo"
Estas declaraciones serán, sin duda, el epitafio merengue del jugador argentino. De hecho, será lo que se más se recuerde de sus últimos meses en el Madrid, lo cual dice mucho del rendimiento que ha dado. Cuando se ha visto con el cartel de transferible, le ha dado por sincerarse delante de las cámaras, al otro lado del charco.
Se equivoca, sin embargo, en muchas cosas. La primera es evidente, el Barça sólo ha estado muy por encima del Madrid en el partido de ida de liga, el día de la famosa manita. Luego, en el carrusel de clásicos, hubo un empate soso, una victoria del Madrid en la final de Copa (oh, milagro, milagro), un partido trabado que decidió un alemán con muy poca vergüenza y otro partido a la desesperada, en el que otro impresentable con silbato se encargó de ponernos la zancadilla. Por si acaso. El Barça fue mejor en Liga, el Madrid fue mejor en Copa y en Champions pasó lo que todos vimos. Una superioridad aplastante, amigo Gago. Y sí, era imposible ganar.
También llama la atención lo preocupado que se muestra por que la afición no reconozca la superioridad del rival. Se ve que en 4 años, no ha tenido la inteligencia suficiente para darse cuenta de que el Madrid es un club que, en cualquier circunstancia siempre lucha hasta el final. Quizá es que se esfuerza tanto corriendo como pollo sin cabeza, lanzándose al suelo a recuperar balones (como si de un capítulo de Oliver y Benji se tratase) o tratando de dar un pase bien a más de 5 metros, que luego no le llega el suficiente oxígeno a su desentrenado cerebro. Será eso.
Porque el equipo al que era imposible ganar, como ya hemos dicho antes, sufrió contra el Madrid. Esa meridiana superioridad sólo se vio contra 10 y no siempre. Quizá Fernandito no lo apreciara bien desde el plasma de su hogar, desde el palco o desde donde estuviera. Pero sus compañeros, los que estaban sobre el 'tapete', hablaron sobre el campo, con mayor o menor fortuna, pero lucharon todos y cada uno de los partidos.
Surge, además, una duda sobre estas declaraciones. Le habrán preguntado también por su selección? Uno espera también que ese arrebato de autocrítica, humildad y sinceridad tenga también un capítulo dedicado a la albiceleste. Que diga que la selección española es la mejor de la historia, que es imposible ganarle o que su afición no acepta que son inferiores. O que lo diga de otras selecciones, da igual. Ah, no, que para eso hacen falta cojones, algo de lo que nuestro amigo ha carecido durante toda su carrera futbolística.
Así que, curiosamente, este epitafio se convierte también en la perfecta síntesis de cómo es Gago como futbolista. Un jugador con potencial (el año de Schuster se marcó una segunda vuelta más que notable), pero acomodado, débil mentalmente, al que cada contratiempo, por pequeño que fuera, lo ha enterrado un poco más como futbolista. Un tipo que ha involucionado como pocos, sin sangre, sin ambición, sin carácter ganador... un triste, en definitiva. El tipo de jugador que no debería volver a vestir la camiseta del Madrid. Hasta nunca.