sábado, 16 de junio de 2007

No es para tanto

Los principios básicos de todo buen madridista:
1. No hacer ni puñetero caso de lo que dice Calderón.
2. En caso de aparentar que dice algo coherente aplicar el principio número 1.

Dicho esto, la última semana ha sido una especie de acoso y derribo por una pamplinada de un pamplinas que no debería tener la más mínima trascendencia teniendo en cuenta que este tipo de gestos de un presidente no son nuevos en nuestra liga y mucho menos han sido ofensa a ningún equipo rival. Sólo un poco de forofismo cuando encarrilas la liga en 17 segundos... tampoco es tan extraño. Por si acaso, esta columna me parece acertadísima:

"Vamos a las pruebas objetivas del 'suceso' de Zaragoza. Esto dijo Calderón ante los micrófonos en el césped: "He sufrido muchísimo. Ahora hay que ganar al Mallorca. Vamos a ver, ahora hace falta ganar el domingo. Es una ilusión jugarnos la Liga en casa. Quiero que disfrute la afición de este momento. Me ha producido tanta emoción que he querido compartirlo con esta gente que ha sufrido tanto en la grada. Tenemos la obligación de jugárnosla el domingo. Dios nos ayuda". Más pruebas visibles: No dio vuelta olímpica, no le acompañó su esposa ni su hija, tampoco directivo alguno, no gritó "¡campeones, campeones!", no dijo palabra alguna contra el Zaragoza, Mallorca, Barça o Sevilla. Y se dirigió a un graderío que le respondió entusiasmado, sin reproche. Las imágenes desmienten a quienes acusan a Calderón de cosas que no hizo. Puede ser que un presidente no debiera saltar como un forofo. Yo lo discuto. Pero se ha hinchado el globo sin que los clubes supuestamente ofendidos (Zaragoza y Mallorca) hayan dicho ni palabra. Lo inflaron los detractores de Calderón por rabia, envidia o estrategia. Ángel Torres, a quien estimo, aprovechó el Foro Ferrándiz AS para censurar a Calderón, hablando de 'la Cofradía' que le seguía y de que le acompañaban su mujer y su hija. Es falso y resultó imprudente. ¿No fue usted a los toros con Capello días antes de jugar contra el Barça? Su respuesta: "Voy a los toros con quien me da la gana". Vaya, todos tenemos un cadáver en el armario, pero a uno le condenan y a otros les reímos las gracias."

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